Un día haciendo limpieza, en un cajón de la cómoda encontró una de las cartas que le escribió Andrés cuando estuvo haciendo la mili, se conocieron siendo casi unos niños y enseguida se hicieron novios.
Empezó a leer:
...”Será porque tu boca endulza los dedos de mi erotismo,
me hace soñar con el tacto que escondes en las huellas que dejas en mi piel
en los besos que antes de nacer reflejas en esa mirada,
o quizá sean esos “te quiero”, que tanto me repites, esos labios que tanto deseo.”

Se le hizo un nudo en la garganta, y se secó las lágrimas de los ojos.
Siguió leyendo:
“De la pasión que siento nada más te veo.
Por que te amo tanto...
Tú, me ayudas a imaginar que el mundo es perfecto, me das la calma,
Sé que eres mía.. y lo serás siempre....
se que amarás toda la vida”....

No fue así.

Se le paró el corazón. Arrugó la carta.
Ella no sabe en qué momento decidió que basta, no pudo soportarlo más, siempre entre sus juegos de frases que la ensalzaban, y que al minuto le castigan, la humillan y condenan.
Y ella tan ingenua y enamorada, con un millón de ganas de quedar presa en su mirada... en sus abrazos, envuelta en su cuerpo, en su sonrisa...
Por un momento se dejo llevar por el recuerdo de cuando le conoció: las promesas, los encuentros fugaces, las despedidas, los reencuentros... la inocencia y el deseo ya instalado en su corazón cuando estaban juntos... todo era pasión... el rojo se enciende y las sábanas arden.
Ellos tan diferentes y tan iguales, él con sus fuertes brazos protectores, ella con sus sentidos y sentimientos estremecidos por el contacto de su piel, y poco a poco robando su belleza, prohibiendole, secuestrándola, devoró una a una todas las migas de su inocencia, de su mundo.
Le supo tatuar sus poemas en el alma, talló cada letra sobre su cuerpo, cayó en su trampa, en su cárcel de seducción, en su jaula de cristal.
A su memoria acudió el recuerdo de como era antes, cuando la esperaba a la salida del trabajo, siempre sonriente, atento...tan guapo...---¿que tal nena?, ¿cómo te ha ido el día?, ... dime Princesa ¿que quieres hacer hoy?, ¿vamos al cine?.... y así se sentía ella, cogida de su brazo como la princesa de un cuento... Cerró un minuto los ojos y abrió su corazón y de él salieron volando la incomprensión, el desengaño, la angustia, la incertidumbre, las dudas... como mariposas, todas grises.
Le costaba recordar a su Andrés de antes, el de la ternura, el risueño, el que la enamoró... porque Andrés hubo un tiempo en que era pura ternura... ¿Cuándo cambió?... ¿cuando empezó a menospreciarla?... a decirle que sólo tenía pájaros en la cabeza.... ¿Cuándo comenzó a insultarle?.. ¿Desde cuándo ella todo lo hacía mal…?, el primer empujón... la primera bofetada, la primera patada, la primera paliza... el silencio... el llanto, el arrepentimiento, su primer perdón.
Y el miedo ya instalado en la casa cuando entraba por la puerta.
Había intentado de mil maneras llenar ese espacio ahora ausente. Como amiga, compañera, esposa, amante, cómplice, ...agradandole, sirviéndole, obedeciendo,...dándole siempre la razón, no hacer ruido, callando, no opinando … todo para que no se enfadase... para poder recuperarle.
El siempre le decía que la culpa era suya...la que había cambiado, que le provocaba, que no le entendía... que sacaba lo peor de si mismo. Ella cerraba los oídos y se mentía ... cambiará, ha tenido un mal día... no lo hace adrede, él no es así, intentaba recordar como era cuando aún le quería, los proyectos que ambos habían soñado, como se preocupaba por ella ...como deseaba su cuerpo, como la quería.
Ahora todo aquello le parecía tan lejano.
Volvía a la realidad, ... ya era una rutina el maquillar sus golpes, sus ojeras... su pena... ahora sus ojos siempre tristes se movían entre las sombras que le acompañaban a todas horas.
Sentía que todo se había roto en mil pedazos... en su interior.
¿Cuando dejo de ser ella misma?, ¿Cuando empezó a tener miedo por todo? ¿Cuando se apartó de todo y de todos? Se sabía incapaz de volver a sentir nada, la fue manipulando por momentos hasta volverla nada. Los constantes gritos, los insultos, las amenazas retumban en su cabeza.
Los golpes ya no dolían tanto, estaba acostumbrándose a ellos.
Sus lágrimas se tornan más frecuentes, su miedo mas atroz, dejando al descubierto su inmensa soledad.
Tenía que huir o que morir. Porque Andrés ya le había dicho que si le dejaba la mataría y luego se mataría. Lo sabía. Le creía capaz.

No sabia ni cómo ni cuando había llegado hasta la playa. A la luz tenue de la Luna pudo ver sus manos ensangrentadas, el cuchillo brillaba como una estrella caída sobre la arena.. acurrucaba sus piernas entre sus brazos, tiritaba y allí, sentada junto a la orilla del mar, navegaba con su imaginación. Tenía los ojos fijos... le zumbaban los oídos.
No sentía ni siquiera frío... sólo la sensación de libertad, de paz, de quietud.
Ya estaba hecho. A su mente sólo venían imágenes confusas, llegó muy violento, empezó a gritarle .. insultarle, amenazarle, a pegarle de nuevo, ella estaba aterrorizada, pero esta vez se defendió, recordaba la cocina, los azulejos manchados de sangre, el cuchillo.
...Veía su cuerpo tirado en el suelo, el charco de sangre, la desesperación, el pánico y el salir corriendo sin parar. Y allí estaba en la playa, .... desde aquel acantilado, solo tenía que saltar para precipitarse al vacío.
Quería su libertad y empezar a alimentarse de su propia voluntad. .. olvidar el pasado, ... y rezó…
“....Dios Mio..., si existes por encima de nosotros los mortales, te pido que, por favor, me perdones.”

La encontraron de madrugada...  muerta. Su cuerpo estrellado entre las rocas, con los ojos abiertos. Pálida como la arena... con una mueca parecida a una sonrisa. Hermosa incluso parecia feliz.

A Andrés lo llevaron al Hospital General... herida superficial de arma blanca ...los vecinos llamaron al 112 alertados por los gritos de auxilio que escuchaban desde su piso, estaba solo.
..... ¿y ella?, ¿la han encontrado??, ¿le ha hecho algo ese malnacido? 
Preguntaban a la policía sus vecinos...
---Pobre chica... pensábamos que un día de estos la mataba,
..  Discutían continuamente, él la maltrataba, …si, le pegaba.
…No le dejaba salir de casa, siempre estaba sola.
…No se relacionaba mucho, sabe. …él la esperaba todos los días a la salida del trabajo...
... No, no tenían niños...... le pegaba...saben.
...Si, ella le había denunciado...
...Quería irse a su pueblo con una hermana...
...Se iba a separar.



"...sé que amarás toda la vida”.... Lilith.