Ramón Gómez De La Serna
"Conocí a un genio en el tren
hoy como de 6 años de edad se sentó a mi lado y mientras el
tren avanzaba a lo largo de la costa llegamos hasta el océano
entonces él me miró y dijo, no es hermoso. Fue la primera vez
que me percaté de ello."
Charles Bukowski
Charles Bukowski
"La luz al final del túnel
no es más que la luz de un tren que se acerca."
Robert Lowell
Hay trenes que nunca llegan, algunos porque nunca salieron. Otros porque no estuvimos en el momento que llegaron...
Robert Lowell
Hay trenes que nunca llegan, algunos porque nunca salieron. Otros porque no estuvimos en el momento que llegaron...
(Josep Gayà Moll )
Engalanada
puja una dama
a un tren a mitja nit.
Es treu els
guants,
en el seu compartiment.
... Les maletes ja han
pujat
per un altre departament.
I mentre es va despullant
el
tren,
comença via a enfilar
cap al desconegut.
Mira per la
finestra.
El vapor trenca el negre paisatge
i ella,
al
seient és deixa
descansant per un llarg viatge.
Algú truca
la porta.
Ella intueix qui és.
La passió li entra al cor
en
segons àvids de sentiment.
Ara, que importa el temps.
Sols
s'escolta el xiulet.
A ningú més.
Així s'inicia els seu
viatge.
El viatge,
en l'Orient Express
Marta
Aubà.
L'ORIENT EXPRESS
TREN CON DESTINO A
TRUBIA
Ese es mi tren, siempre lo será El tren que me
transportaba a la libertad, después de meses de estudios, El tren
protagonista del inicio de mis vacaciones de verano, de navidad, de
semana santa.
El tren que me llevaba rumbo al amor, a la ilusión,
a las fiestas de la fábrica, A las espichas para celebrar el
reencuentro con los amigos añorados durante meses, el tren que me
llevaba con un continuo palpitar de júbilo hacia el regreso al
hogar de mi familia materna, el regreso a mi familia, el regreso a
mi hogar
El tren que me llevaba a sentir que allí, en Trubia, me
sentía libre, me sentía plena. Siempre me sentí de aquellas
tierras, de aquellas calles, de aquellas gentes.
... Tengo
grabado el traqueteo de ese tren como si se hubiese tatuado en mi
cerebro y el pitido del mismo cuando avisaba que entraba y salía de
un túnel donde la oscuridad daba lugar a la luz.
Un tren que
siempre tenía el billete de retorno a la rutina, al estudio, a las
despedidas dolorosas de los amigos, del amor platónico, de mi
Plazoleta, de mi río Nalón, de las fiestas de praos.
Estación
de Trubia, testigo de noches de verano, de queimadas, de besos
furtivos
La cantina, donde hacíamos nuestra primera parada al
llegar a ese destino maravilloso, donde recibíamos y dábamos los
primeros abrazos de tantos que daríamos antes del abrazo de
despedida en ese mismo lugar, unas veces de alegría pura otras de
tristeza desgarrada.
Siempre me sentaba al lado de la ventanilla
para ver como mis tíos esperaban mi llegada desde la ventana de
casa y desde donde, semanas más tarde, agitaban sus manos en un
hasta pronto mientras me perdían de vista al alejarse el tren.
No
me salen poemas, me salen vivencias, sentimientos, pensamientos y
añoranzas de un tiempo que ya no volverá pero que siempre formará
parte de mi vida, la mejor época sin duda de mi existencia cuando
yo viajaba en tren.
(Carmen Eguren)
Mucha
gente alrededor,
pero estar solo.
Esperando la hora de
partida.
En un abrir y cerrar de ojos,
miles de manos
saludando
... al familiar o amigo que parte.
Miro sin
mirar,
por que sobre el anden,
vamos mi mochila, mis
auriculares,
mi música y yo.
No hay nadie a quien saludar,
la
tristeza invade al que viene
a despedir y es mejor evitar
el
llanto...por que duele.
Tan solo me llevo los recuerdos
de la
persona amada.
Recuerdos, que con la música,
viajo al momento
del baile,
y así no escucho el ruido
de las ruedas del tren
sobre el riel,
que denota que me alejo de ella....
(Cuervo Rock
)
TREN CON DESTINO A
TRUBIA
Ese es mi tren, siempre lo será El tren que me
transportaba a la libertad, después de meses de estudios, El tren
protagonista del inicio de mis vacaciones de verano, de navidad, de
semana santa.
El tren que me llevaba rumbo al amor, a la ilusión,
a las fiestas de la fábrica, A las espichas para celebrar el
reencuentro con los amigos añorados durante meses, el tren que me
llevaba con un continuo palpitar de júbilo hacia el regreso al
hogar de mi familia materna, el regreso a mi familia, el regreso a
mi hogar
El tren que me llevaba a sentir que allí, en Trubia, me
sentía libre, me sentía plena. Siempre me sentí de aquellas
tierras, de aquellas calles, de aquellas gentes.
... Tengo
grabado el traqueteo de ese tren como si se hubiese tatuado en mi
cerebro y el pitido del mismo cuando avisaba que entraba y salía de
un túnel donde la oscuridad daba lugar a la luz.
Un tren que
siempre tenía el billete de retorno a la rutina, al estudio, a las
despedidas dolorosas de los amigos, del amor platónico, de mi
Plazoleta, de mi río Nalón, de las fiestas de praos.
Estación
de Trubia, testigo de noches de verano, de queimadas, de besos
furtivos
La cantina, donde hacíamos nuestra primera parada al
llegar a ese destino maravilloso, donde recibíamos y dábamos los
primeros abrazos de tantos que daríamos antes del abrazo de
despedida en ese mismo lugar, unas veces de alegría pura otras de
tristeza desgarrada.
Siempre me sentaba al lado de la ventanilla
para ver como mis tíos esperaban mi llegada desde la ventana de
casa y desde donde, semanas más tarde, agitaban sus manos en un
hasta pronto mientras me perdían de vista al alejarse el tren.
No
me salen poemas, me salen vivencias, sentimientos, pensamientos y
añoranzas de un tiempo que ya no volverá pero que siempre formará
parte de mi vida, la mejor época sin duda de mi existencia cuando
yo viajaba en tren.
(Carmen Eguren)
Mucha
gente alrededor,
pero estar solo.
Esperando la hora de
partida.
En un abrir y cerrar de ojos,
miles de manos
saludando
... al familiar o amigo que parte.
Miro sin
mirar,
por que sobre el anden,
vamos mi mochila, mis
auriculares,
mi música y yo.
No hay nadie a quien saludar,
la
tristeza invade al que viene
a despedir y es mejor evitar
el
llanto...por que duele.
Tan solo me llevo los recuerdos
de la
persona amada.
Recuerdos, que con la música,
viajo al momento
del baile,
y así no escucho el ruido
de las ruedas del tren
sobre el riel,
que denota que me alejo de ella....
(Cuervo Rock )
HISTORIA
VITALES
Hay toda una galería
de retratos en un vagón
de metro.
... De todas las edades,
de todos los colores
en rostros y ropas.
Me gusta mirarlos,
como una voyeur
inofensiva,
y crear historias
por las pistas que me brindan.
Las manos enrojecidas
de la limpiadora,
el vientre hinchado
que la embarazada acaricia,
los besos de la pareja joven…
Y observo, a veces,
que también me miran
y pienso que, quizá,
tengan la misma costumbre,
y me inventen para mi
una vida
mejor que la que tengo.
¡Qué de historias
hay en un vagón de metro.
Hay toda una galería
de retratos en un vagón
de metro.
... De todas las edades,
de todos los colores
en rostros y ropas.
Me gusta mirarlos,
como una voyeur
inofensiva,
y crear historias
por las pistas que me brindan.
Las manos enrojecidas
de la limpiadora,
el vientre hinchado
que la embarazada acaricia,
los besos de la pareja joven…
Y observo, a veces,
que también me miran
y pienso que, quizá,
tengan la misma costumbre,
y me inventen para mi
una vida
mejor que la que tengo.
¡Qué de historias
hay en un vagón de metro.
(Elena Muñoz)
AMOR
DE OCASO
Brotó de nuevo la ilusión,
zapatitos
de tacón, pendientes y carmín,
muñecos ambos,
desgastados,
... chulapos castizos de Madrid,
que
pasean por la pista su amor
en un tango
desgarrado.
Piruetas de la vida les hizo
amanecer
cuando presentían el ocaso,
y sus
cuerpos, ya gastados
renacían con el roce de su
piel.
Acabó el baile…
¿Qué le dijo ella,
qué le hizo él?
Viaje silencioso en metro, sin
cruzar sus ojos,
mirada al frente viendo su reflejo
en el cristal,
nunca lo sabré…
Dos sonoros
besos, un gesto…
desesperado intento de poder
volver atrás.
Él se baja en su estación,
una y
otra vez desde el andén,
despide con su mano y su
corazón.
Ella queda a solas con su
dolor,
intentando ocultar la lluvia de otoño,
para
que nadie la pueda ver.
¡Adiós amor!…adiós…adiós…
adiós…
(Myriam Cobos)
-
ESTACIÓN
ABANDONADA
A lo lejos oigo circular los trenes
por otras estaciones más relucientes
en la mía la hierba cubre la vía
enterrando los raíles abandonados
y el silencio es jefe de estación
entre dos túneles que me aturden
por la noche mi verdad se despide
viajando en el vagón de los recuerdos
para huir de los días que derrocho
esperando un tren que no vendrá.
(Roberto Marcos)
Perdió el tren......pero cuál?
Mi
cansancio
mi angustia
mi alegría
... mi pavor
mi humildad
mis noches todas
mi nostalgia del año
mil novecientos treinta
mi sentido común
mi rebeldía.
Mi desdén
mi crueldad y mi congoja
mi abandono
mi llanto
mi agonía
mi herencia irrenunciable y dolorosa
mi sufrimiento
en fin
mi pobre vida.
mi angustia
mi alegría
... mi pavor
mi humildad
mis noches todas
mi nostalgia del año
mil novecientos treinta
mi sentido común
mi rebeldía.
Mi desdén
mi crueldad y mi congoja
mi abandono
mi llanto
mi agonía
mi herencia irrenunciable y dolorosa
mi sufrimiento
en fin
mi pobre vida.
(Juncal
Campos)
SUEÑO
Es
como una alucinación, pero que solo sé que tendría en sentido propio
cuando se esta dormido.
¿ Quien sabe si esta, otra mitad de la vida, en la que creemos estar despiertos no es otro sueño algo diferente del primero?
¿ Quien sabe si esta, otra mitad de la vida, en la que creemos estar despiertos no es otro sueño algo diferente del primero?
....y los sueños , el alma se encuentra en ellos en libertad y se vuelve loca ,porque ha perdido los railes de la realidad.
(Inés Perales )
en el andén me topé con una amiga
reímos, reímos y reímos
pasaron los segundos
sus ojos me aturdían
... pasaron los minutos
su boca me aturdía
pasaron las horas
y saboreé el mejor néctar
hoy supe a que sabe la miel
hoy me subí con ella a un tren desconocido.
(Federico Pérez Pérez)
NUESTRO TREN
Un día esperaba en la estación
llamada deseo.
No llevaba destino mi viaje.
Llego tu tren, subí.
... Compartimos el mundo.
Cruzamos valles y prados.
Rozamos en nuestro recorrido las fragancias del cielo,
Escuchamos a las aves migratorias.
Nos cruzamos con otros trenes que
pasaban sin detenerse.
Nos dormimos en un sueño sin olores,
sin raíces, sin lluvia sin mares.
Despertamos viviendo otras vidas,
en ellas había besos, caricias, perfumes.
Corrimos por raíles sin infinito, nuestras ruedas
a veces se mojaron, a veces brillaron
doradas con el Sol.
En ocasiones hicimos sonar el silbato al
atravesar un río o un túnel angosto.
La locomotora, en ocasiones
dejaba ir humo de colores
que se confundía con el cielo azul.
Otras veces era oscuro,
negro como el cielo en noches
de tormenta.
En ocasiones los vagones eran
ligeros como una pluma.
Otras veces fueron pesados,
como si de un tren de mercancías se tratara.
Desaparecimos en el horizonte.
Pero, nuestro tren nunca se detuvo.
En la estación del olvido.
Por los railes , versos sencillos
Tren desesperado...
El del exilio
Marcapasos de acero
... Serpiente de ningún destino
Al tren de la tristeza
subo
en la frontera
que lleva al olvido
Maletas y penas
lleva el destierro
Mi corazón
por los andenes
se muere.
Nunca yo
te volveré a ver.
(Chere González Pérez)
Al subir, me doy
cuenta que atrás ha quedado, la famosa adolescencia, así
llamada, no se por quien, y por qué, solo en el
camerino, me vienen recuerdos, mis ojos de humedecen y
salen las lagrimas, quiero disimularlo, no puedo no
se.
Tengo miedo, no se lo que me voy a encontrar,
No
se como habrá cambiado el mundo, después de 27 meses, ya
nada será igual.
No quiero mirar atrás, tantas son
las cosas e historias que quedaran solo para mi, soledad,
tristeza, desamparo, lágrimas... no quiero mirar.
...
También el despertar del amor,
Partido en dos, tengo
mi corazón
Pienso que nunca se recupero así es,,
Ahí
se quedo la adolescencia
Y un parte muy importante de
mi vida,
Nunca la recuperaré....
Por ese motivo,
hago una o mas visitas por si la encontrara...!
No lo
se,,, pero lo intento hace 35 años.
Mi deseo es
encontrarla...
TAL VEZ ASI ME ENCUENTRE A MI
MISMO,,
LO NECESITO. ASI LO DESEO,
LLEGADA A LA
ESTACION DEL NORTE AÑO 1978
TODAVIA ESTA EN MI CABEZA
EL SONIDO DE LA MEGAFONÍA DE LA ESTACIÓN.
Pequeña
historia
(José Antonio Albert)
Amigos... El tren de ¿los locos?
Me gusta escribir
sobre otras cosas, pero ... esto lo tengo que contar. No
me queda más remedio. Sucedió todo en verano. Subí en
aquel tren de forma muy rápida porque tenía que
preparar el plato de comida a mi gato “Carsberg”. Y
ese día se me hizo demasiado tarde. Desde que amaneció
y se pusieron las nubes de plomo en aquel territorio
sabía que en el transcurso del día las cosas
probablemente no iban a suceder como esperaba. La prisa,
esa corriente eléctrica que se le mete a uno en la
cabeza y que emite órdenes desesperadas hizo de las
suyas, de nuevo.
Al subir en aquel vagón no me había
fijado en el cartel del andén.
“Este tren no llega
hasta el final”.
Pero no me había dado cuenta, ni
siquiera lo miré. Me senté y frente a mi, había un
hombre que me observaba fijamente. Era alto, calvo y con
patillas largas. Sus ojos claros y saltones destacaban de
forma exagerada y se clavaron en mi mente como un
espadachín .Llevaba una cartera en la mano. Me miraba
una y otra vez. Me estaba poniendo nervioso. Al llegar a
una estación próxima me apeé para meterme de nuevo en
otro vagón ¿por qué tenía que seguir esa mirada de
psicópata, sádico, mirón?....; en otro vagón otra
persona me miraba, pero esta vez era deforme, con una
cabeza más grande que el cuerpo, y con los ojos
pequeños. Y esas manos ..., no hacía más que jugar con
ellas chocando el pulgar con el resto de los dedos: como
un tic o un rito antes de realizar una acción.
Se
apagaron las luces. Me estremecí. Y volvió de nuevo la
luz.
El hombre de la cabeza más grande que el cuerpo
ya no estaba frente a mí. Ahora era la mujer la que me
estaba mirando. No paraba de observar, mis manos, mis
pies. Pensé en Carsberg: “Se estaría muriendo de
hambre “.
Y la luz se apagó otra vez, y se encendió
temblando. Sentí latigazos por dentro.
De repente me
di cuenta que la estación que tenía que apearme la
había pasado hacía bastante tiempo. Salí del vagón
para dirigirme como un robot autómata a la puerta de
salida. Subí las escaleras de dos en dos, de tres en
tres. Al salir, olía a lluvia y al barniz que había
dejado en el pavimento de la ciudad.
Llegué a casa y
llamé a Carsberg, pero no contestaba. El ventilador del
salón se había quedado encendido y parecía haber sido
testigo de todo lo que había ocurrido en aquella
habitación. Parecía cortar el aire con las aspas que
giraban a toda velocidad.
Me acordé de todas las
caras que había visto por la tarde. Una por una.
En
la nevera había algo nuevo. Un cartel con la firma de la
vecina en el que ponía que se había llevado a Carsberg
para darle un tazón con paté y que había acudido ante
los chillidos del felino.
Me asomé a la ventana para
respirar: “Bueno...─pensé-─ al menos Carsberg está
a salvo”.
La luna iba creciendo.
Me dirigí al
tele-ordenador. Me desintoxica descargarme los correos
divertidos que me suelen enviar los amigos de siempre. En
la bandeja de entrada había uno de carácter personal y
que ponía remitente desconocido, aún así lo abrí
porque ya no existían virus tecnológicos ni siquiera
humanos que afectaran al ser humano ni a sus ordenadores.
Todo termino en el siglo XXI.
Se investigo todo. Se
conoció todo. No había más secretos para la
ciencia.
En el email ponía Nosotros somos los
contingentes, pero tu eres necesario.
-¿Necesario? –
me pregunté.
El email continuaba: Hemos intentado
hablar contigo esta tarde, pero no nos has dejado. Te
buscaremos de todas formas.
Una corriente eléctrica
sacudió mi cuerpo de forma tan veloz como lo hacen los
relámpagos, y me sentí identificado con el personaje
que aparece en el cuadro de Munch, El
grito.
...............................
Salí de
la sala virtual. Antes los llamaban “cines”.
Y por
primera vez he sentido lo que es el miedo. En el siglo
XXI lo descubrieron todo sobre los hombres y las mentes y
sobre las mentes de los hombres porque ahora la Humanidad
es eterna.
Vivo en el siglo XXII y me gusta escribir,
y esto tenía que contarlo.
Creo que seguiré
metiéndome en salas virtuales donde tú eliges el panel
de la emoción que puedes vivir. Para ser algo más
humanos, quizás ...
(Roberto Marcos)
Montones
de palabras
acumuladas en mi mente.
Mi corazón
alberga
infinidad de sentimientos
... y un muso
impertinente
que me sorprende cuando quiere.
Viajeros
incansables
recorren caminos de hierro
con billete de
primera
o en trenes mercancías.
En su equipaje
acumulan
kilómetros de vías,
variedad de
estaciones,
trayectos de alta velocidad
y apeaderos
solitarios.
De vez en cuando confluyen
en un mismo
convoy,
en otras ocasiones,
con asientos diferentes,
comparten vagón.
En coche cama o litera,
expreso
o cercanías,
diferente trayecto cada día,
viajan
por toda la vida.
(Patricia
Corpas Gutiérrez)
Tengo
sueños con trenes, en ellos viajo con gente que formo parte
de mi vida y se marcho dejando una profunda huella y otros
que forman parte de mi presente.
mi interese en mirar en
un libro de interpretación de los sueños que significado
tenía el tren.
El tren es la vida.
En uno de esos
sueños iba con mi amiga Cristina, ella se bajo del tren hace
15 años, pues hablo con ella, vamos de vagón en vagón
haciendo trastadas, como niñas que juegan sin saber que
depara el futuro, tras pasar un túnel, el tren para y ella
tiene que bajar, ante mi insistencia de bajarme, sus palabras
son:
"Tu continuas yo bajo en está estación".
Siempre que cojo un tren me acuerdo de este sueño que se
ha repetido varias veces. La vida es un largo tren que va por
una extensa vía, que pasa por preciosos valles, tenebrosos
parajes, pero que en ese tren sube gente maravillosa y baja
también de ella gente que aunque no disguste y pensemos no
debió subir, están para hacernos más sabios, así que mi
querido lector esta en mi tren que sepas que serás siempre
bienvenido.
(Mavi Gómez)
Hay un país en el subterráneo de la vida invisible.
Discurre entre las entrañas de la tierra.
Se cruzan miradas
destinos y desatinos.
Huele a tristeza, a sillones de skay, a túnel.
Un ir y venir.
Semblantes serios y diferentes
rostros desconocidos.
Tan dispares como el mío.
Huele a tristeza, a sillones de skay, a túnel.
Un ir y venir.
Semblantes serios y diferentes
rostros desconocidos.
Tan dispares como el mío.
La vida fluye, por sus arterias metálicas
entre el rugido y las puertas selladas
en el corazón de mi ciudad.
entre el rugido y las puertas selladas
en el corazón de mi ciudad.
El metro está lleno de colores, de sudores de sueños.
Que dormitan.
Silencios desesperados que esperan
a que el tren de la vida
les lleve a cualquier lugar.
Silencios desesperados que esperan
a que el tren de la vida
les lleve a cualquier lugar.
Les de otra oportunidad.
(Pilar Sanjuan)
Gracias por vuestra participación y entusiasmo... se admiten nuevas incorporaciones... !Sugerentes!! Un abrazo. Lilith