Y por la tarde... Desde el nido pequeño
donde duermen tus besos.
En el lecho liviano
que desnuda tu cuerpo
sudoroso entre sábanas.
Sobre el tálamo alado
que es sudario de amor,
ardorosa goleta,
soñaré la emoción
... de corsario sonámbulo
tras de tu corazón.
Mientras miles de peces
buscan con desazón
la fragancia amorosa
de tu ropa interior
y el calor que derrama
-lene transpiración-
deslizante tu espalda
(mágico tobogán).
En tus piernas dormitan
ángeles de coral
y rosas de los huertos
que hay en el fondo del mar.
Y tu cálido aliento
es vaharada de almíbar,
y tu tórrido sueño
calentura que excita
como cuento nocturno.
Ígnea estrella encendida,
atrayente sirena
que sumerge mi vida
en calientes y húmedas
pesadillas de niña.
donde duermen tus besos.
En el lecho liviano
que desnuda tu cuerpo
sudoroso entre sábanas.
Sobre el tálamo alado
que es sudario de amor,
ardorosa goleta,
soñaré la emoción
... de corsario sonámbulo
tras de tu corazón.
Mientras miles de peces
buscan con desazón
la fragancia amorosa
de tu ropa interior
y el calor que derrama
-lene transpiración-
deslizante tu espalda
(mágico tobogán).
En tus piernas dormitan
ángeles de coral
y rosas de los huertos
que hay en el fondo del mar.
Y tu cálido aliento
es vaharada de almíbar,
y tu tórrido sueño
calentura que excita
como cuento nocturno.
Ígnea estrella encendida,
atrayente sirena
que sumerge mi vida
en calientes y húmedas
pesadillas de niña.
Roberto Marcos.
Mil gracias, querido amigo, Lilith.