La constitucion española cumple 33 años



 El 6 de diciembre de 1978, hace ya 33 años, el pueblo español se acercó a las urnas para dar su refrendo al proyecto de Constitución aprobado por las Cortes Generales.
En el artículo 1 del nuevo ordenamiento constitucional se señalaba: "España se constituye en un Estado social y democrático de Derecho, que propugna como valores superiores de su ordenamiento jurídico la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo político".
Tras casi 40 años de dictadura, los españoles se dotaban de unas estructuras políticas plenamente democráticas, bajo la forma de la monarquía parlamentaria.
Han pasado pues 33 años durante los cuales han habido muchos cambios, tanto en España, como en Europa y en el resto del mundo.
    Nuestra Constitución, ahora parece vieja... se ha quedado "quieta" como si de una fotografía se tratase.
    La Constitución española de 1978 está hoy en peligro de extinción. Nació en un clima de consenso muy amplio. Fue esa su principal virtud. El gran acuerdo, a la salida del franquismo. Entre lo "padres" de la Constitución hubo gentes de ideología muy diversa y antagónica. Pero escogieron, (incluso a veces en contra de sus ideales)-, ceder —todos— un poco. Y así nació la Constitución.
    Las generaciones más jóvenes están indignadas, (con bastante razón), porque nadie les pregunta nada, no se sienten representadas y además padecen un paro escandaloso.
     Con 33 años de vigencia formal sin apenas modificación, nuestra Constitución se ha quedado obsoleta, debería haber sido ya reformada en aspectos substanciales, siempre mediante un consenso. No ha sido así. Solo se han producido inciertas mutaciones constitucionales, o sea, cambios reales, sin reforma explícita.
El texto de 1978 precisa reformas substanciales. No retoques apresurados
El resultado es que la clase política ha caído en lo más bajo de la credibilidad social. Lo dicen las encuestas y no se equivocan mucho. Nos encontramos en una situación insostenible. Una crónica de una muerte anunciada.
    Y los dos grandes de la Unión nos piden esa reforma constitucional. ... Cuanto antes..... ¿Podriamos responderles que no?, ¿Podíamos decirles que somos independientes, soberanos y con derecho a la libre autodeterminación? Pero esta no es la reforma constitucional que necesitamos.Y además necesitamos a Europa.
Se precisa una modificación más amplia, que vaya al fondo de nuestros problemas; que se estudie bien y no se improvise, que no se haga al dictado de nadie. Un cambio con amplio consenso, que mire hacia el futuro; que se apruebe por referéndum y plantee (y resuelva) cuestiones como estas, entre otras muchas que quizás todos esteis pensando:
  1. ¿Qué debe ser España en los próximos años?
  2. ¿Qué deseamos que sea?
  3. ¿Un país que juegue en la segunda división de la Unión Europea?
  4. ¿Vale para el futuro el sistema actual de las 17 Comunidades, cada una con su autonomía -en algunos casos- despilfarradora o insolidaria?
  5. ¿Cabe reconstituir el sistema económico y fiscal actual?
  6. ¿Sería posible cerrar un pacto federal entre nosotros, basado en la firme voluntad de vivir juntos y fijar con claridad las competencias de la Federación y los Estados federados, de modo que podamos hablar con voz fuerte en la Unión?
  7. ¿No será hora de cambiar la ley electoral y hacerla más adaptada a la realidad actual, en la línea del sistema alemán?
  8. ¿No hay que acabar con las listas cerradas y bloqueadas para terminar con el bipartidismo politíco?
  9. ¿Queremos ser un Estado laico o seguir como un Estado aconfesional en los términos de la Constitución?
  10. ¿Queremos seguir siendo monarquia parlamentaria o preferimos otro sistema de gobierno?...
Y así, sucesivamente. Muchos temas a tratar.
El pacto constitucional de 1978 perseguía una España democrática, descentralizada y respetuosa con los derechos ciudadanos. Lo consiguió. Hoy el objetivo es introducir reformas que nos permitan estar presentes y actuar en la Unión Europea con voz propia e influyente. No debemos huir de Europa, sino cooperar a que haya más Europa. Una Europa de primera división para todos.