Nunca se propuso llegar allí.
Simplemente se limitó a seguir su camino, a dejarse
llevar por sus pies, sus instintos, sin preguntarse en ningún momento sobre lo
que podía haber tras el horizonte.
No sabe en que momento cruzo la línea.
Nunca supo el porqué, ni cuándo, ni cómo le sucedió a él.
Ahora, su mirada se pierde en el mar.
Había sobre su cuerpo tantas desilusiones, tantos fracasos... tanta soledad.
Allí en la roca era como el
mar. Jamás sintió tanta fuerza, tanto bienestar, se sentía el mismo, invencible, tanta furia concentrada, las olas estallan contra las rocas, el alcohol contra sus sentidos,
quemando su garganta, el aire con su olor salino, su aliento a ginebra.
Nombre de mujer, esposa infiel del Rey
Arturo de Camelot.
Estaba simplemente en su mundo. En la otra parte del mundo.
De pié, junto a la orilla, confunde la
escena con su propia alma, lo siente, en todo su interior, retumbando entre sus heridas. Le escuece. Y grita, … grita a pleno pulmón,
con ira, con dolor, con rabia…. grita
con el mar, y en su grito se ahoga la pena.
Como siempre la ahogaba con ella. .. Otro trago.
Otro dolor en el costado. Un pinchazo que le para la respiración.
Ya no quiere vivir así, no, ya no puede
más.
La soledad con ella es tan extraña. Supo
engatusarlo, poco a poco, sorbo a sorbo. Pero ya no la ama. Le consume, le
mata. Le pide más, más, más…. Quiere todo, y todo le ha dado.
Ya no le queda nada.
Durante mucho tiempo, la única compañía
que necesitó fue la suya y nunca se sintió solo. Ahora le había destrozado.
Tantas ausencias de sí mismo, y el dolor,
el silencio, tanto daño había causado, siente que en su corazón se hunde el cielo,
provocando en él un vacío desesperado.
Antes, al sentarse junto a su compañera,
viajaba a muchos lugares compartiendo su pan y su lumbre,
y era tremendamente feliz, incluso cuando sus ojos se nublaban y sus pies se tambaleaban, reían . Nunca había nadie más, ¿cómo sentía tanta pasión por ella?..., el murmullo de las hojas, a sus espaldas, la alegría que sentía cuando se adormecía entre sus brazos, cuando tan contento bailaba con ella hasta caer agotado, era suficiente, y ahora se pregunta ¿por qué ya no?.
Nadie contesta.
Un suspiro tarda el corazón en quebrarse,
y con una lágrima, el dolor destila
parte de su contenido, para dejar espacio a una gota más, ya no siente alivio,
solo una tremenda acidez en el estómago que le quema hasta el alma... hay que retomar el camino.
¿Existe?
Sólo si vuelas en un sueño puedes vencer
su dominio porque ella siempre es la que manda, él obedece, es su súbdito, su exclavo, hace ya tanto tiempo que perdió el valor.
Pero ahora … ¿aquello era vida…..?
Aquel día volvió a dejarle hacer; deseaba
tener al lado la caricia de su cuerpo de cristal, sentir en sus labios su
sabor, empezar a enamorarla y sentirse enamorado, embriagado por su locura, por
su dejarse querer, dejar de sentir. Escuchar la invitación a acercarse más a
unos labios trasparentes que tanto necesitaba y sólo deseaba besar.
Odiaba el momento del adiós…cuando ya veía el fondo y no había una gota más.
De repente, un día, ante el espejo de si
mismo vio uno ojos inexpresivos… rodeados por una enorme negrura... ¿quien era ese tipo?... en un
momento de lucidez… dijo !basta! alzó el vuelo y por un instante se libró de sus garras.
¿Hasta cuándo?.... Un día más.
Por un instante logra respirar, lo
suficiente para aguantar un poco más, para intentar pedir ayuda... no puede solo... para no volver a caer, cerrará los ojos,
no la buscará…la maldice, la necesita…, no quiere pensar,… no quiere volver a amarla.
Delirio, …tormento… ausencia… despedida…
duelo.
Le duele el cuerpo, le tiemblan las manos...
Pasó de las pesadillas a otra esfera que
no conocía: el lugar donde se encuentran los deseos, los de los vivos, de los que quieren vivir.
Reconocimiento, ayuda, medicación, recuperación.
Busco ansioso su rumbo y se vio
persiguiendo una utopía ¿sería posible?, ¿lo conseguiría?, y vio a otros
persiguiendo el mismo sueño.
Todos llevaban una herida, una cicatriz,
un rastro, un recuerdo amargo, esa mirada, esa inquietud, ese temblor, esa huella, esa duda, ese luto, de un
desamor como un cartel invisible que les caracterizaba.
El
cambio, no se dejaba atrapar. ¿Volver a vivir?, ¿Cómo?, indecisión, confusión
….. huida... Igual que en la vida que no es fácil, allí, al final,
alguien siempre vence.
La complicidad, la confianza, el apoyo
pudo más que el desesperado anhelo de…. Volver a beber… y fingiendo cansancio,
se dejó abrazar.
Empezó a quererse...
Unos labios secos recibieron el
roce impetuoso de otros tintados de paciencia, de comprensión, de consejos, de
experiencias compartidas, las pieles se juntaron y su ansiedad se perdió para
dejar que otros sentidos acentuaran su sensibilidad, su ruptura, su voluntad y
el viaje fuera más fácil y menos duro.
Una nueva vida... aprendió a no cerrar los
ojos, a percibir el mínimo sentimiento de goce que le provocaba la sobriedad compartir, escuchar, amar, reconoció de nuevo su cuerpo, su rostro… le acariciaron unas manos y unas voces desconocidas le dijeron "Bienvenido" su
mente todavía vagaba perdida entre mundos de sueño, de alucinaciones y de irrealidad.
Y todavía allí se encuentra en su lucha,
contra los Colosos de Mentón, sintiéndose un David ante Goliat… él no es el Rey
Arturo ni su amada se llama Ginebra, … sin bajar la guardia, sin responder al
susurro que a veces le tienta, que a veces anhela, pero ya no está solo.
Forma parte de un todo.
Se siente una pieza de un puzle que ya ha
encajado.
Lilith... para todos los valientes.