Ojalá que te vaya bonito!!


«Yo no me voy a morir porque soy una chamana y nosotros no nos morimos, nosotros trascendemos»

Nacida un 17 de abril de 1919 en la población costarricense de San Joaquín de las Flores, Isabel Vargas Lizcano alimentó el coraje desde niña. Hija de padres divorciados, pasó a depender de sus tíos y cargó toneladas de fruta con sólo siete años. La intemperie infantil se agravó con una afección ocular de la que la salvó un chamán: de ese misticismo selvático, el medallón que Chavela conservó sobre su pecho en el hospital de Cuernavaca donde aguardaba la hora redonda.
Chavela eligió muy pronto una estrella con música de marimba y se dedicó a soñar la niña que nunca jugó con muñecas, se levantaba de noche a buscar serenatas, montar a caballo en pelo y mirar el río. Eran tiempos de prejuicios y miedo al qué dirán Chavela, quien ha sido frontal a la hora de hablar de su sexualidad y que señaló que entre sus amores estuvo la pintora Frida Kahlo, dice en su autobiografía: "se dieron cuenta de que yo era homosexual desde muy niña". Agrega que, para referirse a ella muchos utilizaban el término "rareza". Y concluye: Lo que duele no es ser homosexual, sino que lo echen en cara como si fuera una peste".
A aquella mujer de impulsos masculinos no le iban los vestiditos. Prefería sentarse en el suelo: poncho, guitarra, cigarro y copa a mano. Chavela fue grande porque metabolizaba sus canciones. "Nada de pose; pura y puta vida. “Todos me dicen el negro, Llorona… Yo soy como el chile verde, Llorona, picante pero sabroso”. Chavela era como la definió Sabina la “paloma negra de los excesos".
A finales de los años 50 empezó a hacerse popular, en parte gracias a sus actuaciones en Acapulco, meca del turismo internacional. Actuó en la fiesta nupcial de Elizabeth Taylor y Mike Todd, y conoció a Ava Gardner.
Su primer álbum fue publicado en 1961 y desde entonces ha grabado más de ochenta discos. Se retiró a finales de los años setenta y regresó en 1991.
Chavela debe parte de su fama a su aparición en varias películas de éxito, bien mediante canciones suyas incluidas en ellas o incluso interpretándolas en persona. El director español Pedro Almodóvar fue uno de sus primeros difusores y contribuyó a su arraigo popular en España. Chavela apareció después en la película de Julie Taymor, Frida, cantando sus clásicos «La llorona» y «Paloma negra», y también apareció en Babel, la multipremiada película de Alejandro González Iñárritu, cantando «Tú me acostumbraste», bolero de Frank Domínguez. En abril de 2012, con 93 años de edad, lanzó su disco-libro Luna grande, donde revivió, a modo de homenaje, relevantes poemas del escritor español Federico García Lorca. Luz Casal contribuyó a dar popularidad a sus boleros.
En 2004, a la edad de 85 años, presentó el disco En Carnegie Hall.
Sus últimos años los vivió en Tepoztlán, Morelos, a las faldas del Cerro del Tepozteco con quien ella decía platicar todas las mañanas. Aplaudida en el Olympia de París, ovacionada en el Palacio de Bellas Artes de México y distinguida en España por la Universidad de Alcalá de Henares como Excelentísima e Ilustrísima Señora ("nunca me habían dado un título como ser humano"), la popularidad de la cantante es tal que incluso una calle del pueblo español de Burgos lleva su nombre. La cantante mexicana Chavela Vargas moría este domingo a los 93 años de edad en la ciudad de Cuernavaca, en el estado de Morelos, al sur de México DF.
Excesiva, masculina, con su voz rota, amante y amada de la vida.
Del amor y del desamor. «Se va la última de las bohemias», una mujer que fue «icono de cantinas, canción ranchera y desamor». La vida de Chavela es la historia de un corazón desgarrado y un temperamento que transgrede, es una estrella siempre en busca de un camino propio, que se declara inconformista y rebelde que «por su obra y su personalidad» era «un patrimonio vivo de la cultura iberoamericana».
En México las redes sociales se convirtieron de inmediato en un hervidero de reacciones de seguidores y admiradores. La presidenta de Conaculta, Consuelo Sáizar, escribió un sencillo pero revelador mensaje («Los mariachis callaron») y anunció que el martes 7 de agosto habrá para Chavela un homenaje de cuerpo presente en el Palacio de Bellas Artes de la capital mexicana.


"Silencio, silencio: a partir de hoy las amarguras volverán a ser amargas... Se ha ido la gran dama Chavela Vargas"... Hasta siempre Chavela!!

Lilith.